viernes, 13 de enero de 2012

Cholgas al Alicate o, La Reina de Lirquén


La idea es que se tome la molestia de pensar que se trata de mariscos, entonces, no como antaño, deberá considerar aquello de la frescura del producto, la cadena de frío, la marea y las disposiciones ministeriales. Antes no existían restricciones para agarrarse de una palangana de moluscos y bivalvos, untarlos en piscinas de cilantro, cebolla y limón para derramárselos en el güegüero. Luego, las morisquetas de placer, invitaban al trago de blanco frío. En fin, al tiempo el tiempo y a los fuegos el fuego, habrá celebrado Cortazar.

La Cholga o Cholgua es la reina de Lirquén, allá en la costa cerca de Concepción en la comuna de Penco. Mi viejo lo dijo una vez en la carretera, camino de vuelta a Santiago. Las más grandes de Chile, decía, hay blancas y negras pero “las negras son las más sabrosas” sentenció. A mi, me pareció que hablaba de otros recuerdos. Con el tiempo, aprendí esta receta y a adular a las mujeres con analogías “naturalistas”, aunque, es mejor que las linduras no entiendan las comparaciones para evitar herir susceptibilidades. Bueno, acá la receta y, las adulaciones a esas mujeres, quizá en la sobremesa.

La fuente es la misma: mi padre. Como buen constructor manejaba muy mal las herramientas. Claro, el que sabe, sabe y el que no, es jefe. Mi padre era jefe pero aprendió una maña de los maestros, entonces juntando la cholga, el alicate, un poco de alambre y el amor sureño por la buena mesa, me enseñó que era de buen cristiano tomar en la mano izquierda el bivalvo y con la diestra el cuchillo filoso de desconchar. Con una presión cuidadosa, se introduce paralelo a la línea de juntura a la altura del montecito (lo verá cuando se enfrente al animal, no se preocupe). Se abre la cholga procurando no separar irremediablemente las conchas, sino que dejándolas unidas pero abiertas. Luego, se le introduce una lámina delgada de Longaniza de Chillán, o de otra parte del mundo pensando en que pueda parecerse en aroma y sabor a los embutidos de esas tierras del diablo. Se introduce también una lámina o catáfilo de cebolla, unas lágrimas de limón y su poquito de merquén, solo si se considera un chileno de lomo soleado y cuero curtido. Si no, no le pone y pasa usted a la historia como un transeúnte más.

Lo importante viene ahora. Usted debe tomar el animal relleno y cerrarlo enrollándolo con alambre para obligarlo a guardar los jugos, aromas y sabores mientras se asa en la parrilla, acompañado del chancho costilludo o la buena costilla derecha.

Si va a poner la mesa fina, incluya al lado del cubierto de plata un alicate. La idea es que en tanto le sirvan la cholga, luego de un trago mesurado de Merlot coja la herramienta y corte el embrollo metálico. Descubrirá que la reina de Lirquén cederá amable su carne con los jugos terrano - marinos y sus aromas que de calientes, requerirá mojar con un poco más de Merlot. El pan amasado vendrá remojado en pebres frescos para acabar el festín.   

 Ahora, si usted es un chileno carepalo, con la risa fácil, la talla en barbecho y se siente capaz de piropear a la vecina con una analogía “naturista”, escúrrase intrépido a la parrilla, apague el cigarrillo, déle un sorbo machote a la pilsener, se hace de un pañito cocinero y se saca dos conchitas, una para la reina que lo acompaña y otra para usted. Agarra concha, herramienta y le susurra al oído: “¿se ha comido una Cholga al Alicate, mi reina de Lirquén? 

lunes, 13 de junio de 2011

Lección de credibilidad.

En estos tiempos en que las confianzas no andan bien tasadas y pareciera que el contrato escrito es por más mejor valuado que la palabra de empeño, me ocurre que otra vez en el fútbol encuentro una seña de redención del desempeño humano.

La escuadra de la Universidad de Chile había perdido el primer partido de la final por el campeonato nacional ante la Universidad Católica. Dos goles contra cero en el marcador y la desazón en la parcialidad azul. El partido de vuelta sería tres días después, un domingo. Evidentemente la UC contaba con un margen amplio para adjudicarse el campeonato y sus simpatizantes lo hacían sentir: con sobra de confianza daban por ganador a su equipo, a la vez que al cuadro de la U no le otorgaban oportunidad alguna de marcar los tres goles que lo harían campeón, sin dejarse marcar goles por supuesto. Hasta acá, todo normal pues todo equipo puede sentirse confiado en sus logros y restregárselo a sus contrincantes, salvo por el ámbito simbólico que encierra el duelo de estos dos equipos. Vamos a darle un vistazo.

Si el fútbol en Argentina enfrenta las identidades barriales (River del barrio de Nuñez, Boca Juniors, del barrio de la Boca, por ejemplo) en Chile el fútbol enfrenta identidades de clase. Así nomas. La UC se ha representado históricamente por la clase alta y la clase media aspiracional o arribista derechamente, mientras que la clase media y media baja con acceso a la instrucción terciaria es representada por la Universidad de Chile. Hacia la clase media baja y baja, el Colo Colo encuentra a su parcialidad. Entonces, en orden, podemos identificar los tres equipos más grandes del país como los pijes o cuicos de la UC, los laicos y estudiantes en la U y el segmento popular, poblador de Colo Colo. No hay que ser demasiado astuto como para tener en cuenta de que esta segmentación escapa de todo absoluto y refleja generalidades. Aclaro esto porque mucho idiota tiene claro su color deportivo pero no tiene conciencia de clase y por tanto se identificará con la tele o una calle o una banda o con su mamá, qué se yo. Pero lo cierto es que los equipos en Chile identifican clases.

bueno, volviendo a lo que me trae a teclear este mensaje: nadie confiaba en que la Universidad de Chile diera vuelta el resultado adverso. Pero había rabia en el ambiente. Rabia porque no es justo, consideramos, que los pijes ganen, que aparte de tener poder económico, político y estar del lado de la iglesia tan nefastamente presente en la vida nacional y con tanto daño, además tengan un campeonato de fútbol. No es justo porque el fútbol es del pueblo, de la calle, del barrio, donde los héroes se acercan a todos nosotros, los "pelusas" que soñamos con goles porque vibramos con el rugir de la hinchada y no con los contratos millonarios, los vecinos que necesitamos de la pichanga semanal porque viene con cerveza, porque no importa ser bueno pa´la pelota, sino que ir, no fallar y poner unos pesos para el arriendo de la cancha. Es miserablemente injusto entregar el fútbol a la clase que nos gobierna, es como no dejarnos nada a nosotros, los que hacemos el fútbol como dijo Don Bielsa. Y si hacemos el trabajo y nos enajenan el trabajo, y si hacemos la patria y nos roban la patria, ni cagando nos pueden robar el fútbol y la imagen de la copa alzada por nuestros ídolos de carne, hueso y barro. No señor.

Entonces, me dio confianza. Me atacó una sensación de confianza en la U. Por todo lo anterior, porque es la U y se llama León cuando ruge en el estadio, porque los hinchas acabaron con las entradas a poco de comenzar con su transa, porque la católica no podía arrancar una vuelta olimpica, además exhibiendo nuestra copa barrial. Confié en los apellidos Rojas, Rivarola, Mena, Canales, Vargas, Herrera. Confié en la ilusión de mi hijo que vio conmigo en el estadio el 7 a 1 de la U frente a O´Higgins. Confié con patudez y no me equivoqué, nadie se equivocó. La Universidad de Chile marcó 4 goles y la UC, sólo 1, de manera que salió campeón el equipo que representa a la clase media y media baja, campeonó la escuadra que más gente lleva al estadio, el club universitario, del himno romántico, del búho como insignia de saber. Las calles de verdad se llenaron de banderas (hay calles de mentira que no se llenan nunca) y celebramos como sabemos hacerlo, como después de cada pichanga de barrio.

Acerca de la confianza, creo y siento que es una apuesta moral a estas alturas. Confío en la verdad histórica o que la verdad debe volver a los que la construyen y no permanecer con los que la imponen. Hoy, la verdad está en los estudiantes, en los profesores, en los trabajadores, en los pensionados, en las embarazadas. La verdad está creándose en las calles de verdad, en las que se llenan. Hay calles de mentira que no se llenan nunca porque no ven gente, ven transeúntes.

Confío en que la razón es la voz univoca de los que comparten abajo, en las calles de verdad porque los que nos gobiernan son transeúntes en la historia y pretenden apropiársela, como todas las cosas. Confío con rabia porque no pueden arrebatarnos tanto, no pueden llevarse el agua, las semillas, los paisajes y más encima dictar reglas de buena educación. Confío en la hinchada como motor del equipo y confío en las marchas como evidencia de nuestro descontento. No pueden quitarnos tanto. No pueden quitarnos nada más, ni siquiera la confianza, eso que no entienden porque son sólo transeúntes en la historia.

martes, 16 de noviembre de 2010

Efectismo v/s Desarrollo. Los remedios para la educación

Efectismo, el empeño en lograr impactos medibles en un corto plazo y sin darle importancia a los procesos de desarrollo. La idea es que la suma de pequeños éxitos refleja un estado de bienestar general. Un ejemplo de esto es la reconstrucción. Analíticamente, el concepto de reconstrucción se refiere a un proceso en que se debiera revertir el estado de destrucción que provocó el terremoto de febrero. El foco territorial comprende parte de la zona central del país, es decir, desde la sexta a la octava región, con énfasis en algunas comunas que resultaron más afectadas que otras. Discursivamente, se habló, desde el gobierno, de la reconstrucción del país, haciendo hincapié en un nuevo estilo que busca hacer mejor o mejorar lo que ya estaba hecho. Hasta acá el único problema es que la zona central no representa al total del país, por muy afectado que se encuentre el ánimo de todos los compatriotas desde el extremo norte hasta la tierra del fuego. El discurso aguanta porque es un vehículo de propagación de intenciones y por último se lee o se escucha y no hace más que dar directrices de análisis ante la evidencia del hecho: la diferencia entre lo que se dice y lo que se hace. El efectismo se manifiesta en la cuenta de casas entregadas, de luminarias repuestas, de caminos o calles rehabilitadas, de colegios de emergencia, de luz, de agua, de botes y caletas, en fin, una cuenta relativa de cifras que ponen acento en un proceso lineal de reconstrucción. Entonces, hay un efecto, un estilo que indica una capacidad innegable de movilizar recursos materiales y administrarlos de manera eficaz. Esto es efectismo, y los efectos tienen la virtud de acumularse y sumarse de manera de contarlos, apilarlos y mostrarlos como indicadores funcionales. Sin embargo, el efectismo no puede comprender un proceso de desarrollo porque se manifiesta como un ejercicio lineal y no escalar.

El desarrollo es un proceso que tiene algo vectorial. Tiene dirección, sentido y velocidad. Dirección pues apunta a un modelo propio, inventado o readecuado, que es una mezcla entre los dos primeros. Una vez en los años de atrás, se hablaba mucho de la realidad social de la Europa Danesa o Noruega, y se pretendía como modelo o norte de desarrollo. su Dirección. A poco andar y pisar las cascaras de los huevos ignorados de nuestra cultura, se entendió que no se puede apuntar a contextos que no se nos acercan en nada y se abortó esa compulsión por "ser como...". Comenzamos a acercar el concepto de desarrollo comprendiendo que el ingrediente principal está en la historia y el contexto social. Es divertido que el consenso final le hincara la responsabilidad a la educación. Como una fabrica del recambio de los hombres y mujeres no desarrollados que somos, muy apocalíptico y tétrico para nosotros, los mal educados. En fin, la educación hoy mide sus progresos no en el egreso de estos hombres recambio, sino que en los efectos de la inyección de recursos atomizados y medidos con instrumentos parciales en el tiempo y en la acción.

Volviendo al Desarrollo, también tiene velocidad pues se compone de una serie de planes y programas que, eficientes o no, tienen un tiempo determinado de implementación y evaluación, entonces su velocidad depende de la relación avance - tiempo. La dimensión de sentido es la que se riñe en su relación de eficiencia entre un proceso lineal (efectista) y escalar como la consecución de avances para seguir con la progresión oblicua, ascendente. Desde acá, sólo digo que es imprescindible para todo proceso de desarrollo la construcción de indicadores de evaluación contextuados en los escaños de progreso y en las particularidades sociales y culturales que dan coherencia a la dirección del desarrollo para avanzar en el sentido escalar que es mucho más seguro pues otorga terrazas de sistematización y evaluación. De esta manera, cumplir con un ritmo o velocidad que de variar, lo haría como efecto de rectificación de los agentes que atentan contra el sentido. Eso, el sentido es lo cercano a la metodología, ¿cómo hacemos lo que queremos hacer?, en esto el cómo indica un proceso dinámico que exige evaluación para seguir con un nuevo paso, como dije, oblicuo y ascendente en su sentido.

Tomando el caso de la educación, tenemos que, al parecer, no se está en busca de un proceso de desarrollo escalar - pongamos que es redundante hablar de desarrollo escalar, el desarrollo es escalar, asi que, al hablar de desarrollo, queda claro que consideramos dirección, velocidad y sentido. y, al hablar de un proceso ajeno a esto, hablamos de efectismo o proceso efectista (medible y acumulable, no desarrollista al no tener sentido, al menos el sentido que se operacionaliza acá)- entonces, considerando las medidas remediales que aparecen de vez en cuando, nos afectamos de la ausencia de un guión claro de desarrollo. El estilo en la trinchera de la reflexión ha dado frutos con recetas diversas que van desde la profesionalización de la labor administrativa de los cuerpos directivos, a la usanza de las empresas de prestación de servicios, por ejemplo. La idea parece ser, en este caso, la de fomentar la entrega de servicios educativos basados en la buena gestión de recursos humanos (profesionales y de asistencias) y materiales (infraestructura, monetarios, entre otros.) Otra vertiente es la de la modificación del curriculum escolar en atención a los malos resultados de evaluación que se logran con los instrumentos aplicados. El instrumento de evaluación estrella es el SIMCE, que es una prueba de ejercicios que mide el desempeño del contenido, no su aplicación, su desempeño.

Con todo, las medidas pueden resumirse como el empeño en mejorar los resultados de la medición basándose en una correcta disposición de los recursos con que cuenta cada establecimiento. En este sentido, los impactos numéricos se podrán acumular y ranquear para configurar un listado de establecimientos más o menos efectivos, respecto del modelo remedial. Hasta acá, un problema, una receta y efectos esperados. Pero, ¿Cómo se configura un avance de desarrollo del panorama de la educación a nivel país, con este modelo?


viernes, 5 de noviembre de 2010

Redes Sociales o el real dominio de la pelotita.

15.000 renuncias al CDF Premium. Hoy escuchaba en la radio Cooperativa esta cifra que aparece como respuesta frente a las elecciones de la ANFP, que seguí a través de la misma radio y del diario El Mostrador. Claro, podemos decir que estamos de acuerdo o no con el proceso eleccionario y decir además, que el fútbol se resiente como actividad deportiva y de masas: son las masas las que financian con la entrada y otros gastos la viabilidad económica del negocio. Hasta acá, solo problemas éticos ¿Es bueno zanjar la discusión diciendo que el gozo del pueblo está en los noventa minutos que dura el partido, en la satisfacción que representa ganarle al rival o en abanderarse con los colores del club de los amores y que otra cosa es el negocio empresarial que mantiene a los clubes y los hace crecer económicamente? No lo se bien. Una cosa si es importante y es que el entrenador Marcelo Bielsa representa una visión concordante con los lesos que soltamos las lágrimas con cada campeonato ganado por nuestros clubes, con cada gol imposible en el último minuto, con la visión de la barra y el estruendo colorido cuando entra el equipo saludando a la afición. Eso no tiene precio. El sístole y el diástole atrofiados por el cometido de los 11 en la cancha. El negocio, bueno, el negocio fue la moneda de cambio cuando los grandes estuvieron en quiebra y con el corazón dijimos que si, que entren los maletines con dinero para salvar los colores y claro, no lo iban a hacer por bolitas de dulce.

El tema es complejo pero hay algo más, algo sorprendente. 15.000 renuncias al canal del fútbol que fueron coordinadas por las redes sociales (feisbuc, tuiter y blogs), Me dicen que espere a que pase el clásico del domingo porque se multiplicarían las renuncias. El CDF cuesta $5.000 aprox. mensual, es decir se han retirado 75 millones de pesos del negocio entre ayer y hoy. Interesante. No me puedo abstraer del hecho que el principal vehículo ha sido las redes sociales, una lección de comunicación cuando las comunicaciones están del lado que ya sabemos, un fenómeno que hace renacer la idea de organizarnos contra lo que consideramos injusto, en el área que sea, el Empeño es contestar, manifestarse o manifestarnos. El Desempeño cuenta con un vehículo importante y veremos que va pasando.

viernes, 29 de octubre de 2010

Sewell en Rancagua: La Persistencia de la Memoria*

¿Por qué la memoria, esa capacidad de almacenar recuerdos? Acerca de la memoria, Will Eisner (novelista gráfico) escribía que “(…) es una forma selectiva y moldeada por la emoción... la gente está constantemente en la búsqueda de los detalles de su pasado, porque a partir de allí basan la estrategia de supervivencia”. Según esto, el presente sería nuestra estrategia de asegurar la vida y estaría basada en gran medida, en los aprendizajes del pasado. No es descabellado pensarlo porque siempre estamos pendientes de “no tropezar de nuevo con la misma piedra”. Construir el presente con las enseñanzas del pasado, y más aún, enseñar a nuestros hijos en el origen familiar, las particularidades de una vida que se enriquece con la experiencia de los mayores.

Resulta, en la historia, que el campamento Sewell, esa ciudad de las escaleras o ciudad de las montañas, albergó la vida de miles de habitantes y sus familias. Cobijó el nacimiento de niños y niñas que compartían juegos, educación y vida cotidiana. Los jóvenes se juntaban en las escalinatas que hacían las veces de paseo público, entonces se formaron parejas de enamorados, grupos de amigos, compañeros inseparables, vecinos que compartían los lugares y espacios verticales de una arquitectura caprichosa donde se juntaba el trabajo con la vida doméstica, se formaron familias cuyos miembros pasaron de los dormitorios a ocupar casas dispuestas y acondicionadas para ello. Todo con sus reglas, con sus normas a cargo de la dirigencia del mineral pero también con una forma particular de convivir, fortalecida por una identidad particular, la identidad sewellina.

Con todo, luego del cierre y el traslado de los habitantes sewellinos a Rancagua y otras comunas de nuestra región, quedó algo, una esencia dando vueltas en los vecinos de las villas donde se radicaron. Una inmensa cantidad de recuerdos vívidos, de olores y visiones que porfiadamente se quedaron en ellos. La memoria. Pero ¿qué hacer con la memoria, con las relaciones sociales trastocadas por el traslado en una ciudad nueva con espacios y estilos de convivencia también nuevas? Los sewellinos en Rancagua comprendieron que debían organizarse para seguir conversando esas escalinatas de una vida que los había marcado para siempre. De este modo, nació el Círculo Social Sewell y se fortaleció el Sindicato Sewell y Minas, por ejemplo, abordando el fenómeno de vivir en la horizontalidad de la capital de la región y mantener viva su identidad, recopilar fotografías, juntarse, acompañarse, conmemorar las fechas importantes, asistirse unos a otros en tiempos de problemas, en fin, convivir simplemente como aprendieron a hacerlo en ese otro espacio hoy desocupado pero vívido en cada reunión.

El proyecto “Sewell en Rancagua: La persistencia de la Memoriaque cuenta con financiamiento del FONDART en su línea de Conservación y Promoción del Patrimonio Inmaterial de la Región de O’higgins, tiene por objetivo la caracterización y difusión de la memoria sewellina y cómo ésta pervive aún después de años de su erradicación y el asentamiento de sus familias en la ciudad de Rancagua. Es materia de nuestra investigación el desentrañar las estrategias que permiten que la memoria persista y ayude a fortalecer una identidad que se expresa en una ciudad lejana a su origen, incluso, involucrando a las nuevas generaciones que van adoptando Sewell como el lugar de origen de sus familias. La memoria es parte de una valiosa herencia, hemos constatado.

Hemos visitado a los antiguos habitantes de Sewell y a sus familias, hemos conversado con dirigentes de las organizaciones sociales, hemos hecho muchas y valiosas entrevistas. Hemos recopilado material audiovisual que da cuenta de la vida cotidiana en el centro minero, del traslado y asentamiento en Rancagua.

Entendemos que es un proyecto complejo y de construcción cuidadosa. Es por esto que optamos por una metodología participativa donde son las personas las que entregan los significados de su propia historia, le dan relevancia a los episodios que han forjado su presente y que proyectan su futuro. La invitación, entonces, es a visitar nuestro sitio en Facebook “Sewell en Rancagua” y comentar las actividades que allí se detallan. Contamos con un álbum de más de 700 fotografías y muchísimos testimonios que dan cuenta de la nostalgia, alegría e impresiones acerca de la memoria que persiste y se fortalece acá, abajo, en Rancagua.


*Texto correspondiente a un inserto en el diario El Rancagüino, a propósito del proyecto Sewell en Rancagua: la persistencia de la memoria. Fondart 2010, actualmente en ejecución por Claudia Yañez, Socióloga y los Antropólogos Marcelo Gonzalez, Luis Eduardo Aguayo y Luis Emilio Valenzuela.

sábado, 2 de octubre de 2010

El problema no es la huelga.

El tema no es la huelga mapuche. El problema no es que los mineros estén atrapados. El problema no es el terremoto. El problema está en el Empeño. ¿Cómo carajos estamos construyendo un país intentando calzar en un molde pequeño el amasijo complejo de una nación forzada bajo una sola bandera? Claro, lo de la nacionalidad funcionó mientras se intentaba organizar una república, allá lejos en el tiempo. Ahora que nos hemos matado bastantes veces entre nosotros, queda meridianamente claro que lo diverso de esta sociedad en lo político, étnico, social y cultural, es una cuestión más que atendible. Es urgente.

Piñera dice en la ONU que no le hemos dado las "oportunidades que se merecen" a los pueblos originarios. ¿Se trata de oportunidades, de darle la opción a los indígenas para que sean como nosotros?, ¿como Piñera?. Suena como los tratados jesuitas de la evangelización, cuando sólo a través de la palabra consagrada (y consagrandose a ella) podían conseguir el beneficio de contar con un "alma" y ser un poco más humanos. Piñera dice entre sus lineas que los indígenas pueden ser como él, exitosos hombres de provecho y fortuna. ¿les enseñará los secretos de la negociación bursátil? Piñera no sabe tantas cosas, como por ejemplo que los mapuche no necesitan transar la harina de piñón en la bolsa. Ellos necesitan reconocimiento y autogestión. Que simple, ¿no? Autogestión es la capacidad política de decidir como grupo y que la desición sea respetada. No tiene que ver con cuestiones de soberanía o de consesiones de poder. Es crear poder político. En fin, el problema no es la huelga, es la criminalización arbitraria con que el estado se refiere al pueblo mapuche y la folklorización ridícula con que se hace de su tradición para importarla como nacional. Una expropiación de identidad. Entonces, el presidente se solaza ante la comisión internacional con la idea de darles algún crédito blando y sus hectareas a cambio de que sigan viviendo como museos, aportando folklore. Carámba que miope, que flojera neuronal, que manera de contaminar con hedor conservador y paternal. Autogestión, es el empeño. El desempeño, lo vamos a estar comentando.

sábado, 28 de agosto de 2010

Empeño y Desempeño

Empeño y Desempeño. En google aparece la referencia al acto de dejar una prenda como garantía de un prestamo. La Tia Rica. Luego, la devolución del dinero y la recuperación de la garantía constituye el desempeño. Esta relación, que no es la que me interesa desarrollar, me parece interesante porque el desempeño es el resultante de la negación del empeño. Es como hacer y deshacer o crédito y descrédito.

No, lo que me interesa y que reune los granos a este choclo colectivo, es el Empeño como idea, como esfuerzo planificado, como hipótesis, como confabulación amorosa para fines sublimes o perversos. El empeño es el ejercicio de botar la cuchara para volver sobre el vaso y brindar porque ponemos los pies en riel y vamos a hacer, carajo amigo mio.

Entonces, Desempeño es la parte lúcida de todo esto. Es la metodología. Cómo no. Desempeño es el esfuerzo desplegado, valiente, empuñado o aguerrido. Desempeño es lo que nos evalúa, lo sistematizable, la experiencia, la etnografía del recorrido, la vitácora del camino en andas. Desempeño es desenvolver, ejercitar, devenir, actuar, hacer y forjar.

Empeño y Desempeño, el pensar y hacer. La planificación borracha con vistas amorosas en el amanecer insolente y el ejercicio de hacerlo, de concretar, de actuar. Un trecho valiente entre la palabra "Empeñada" y el acto "Desempeñado". Ahora, podemos juzgar, creo, entre el empeño y el desempeño.